El mundo tiene un nuevo país: Sudán del Sur ya es un estado independiente.
Miles de personas celebraron en las calles de Juba, capital del nuevo estado. El 99% de la población había avalado la independencia de Sudán en un referendo realizado en enero. Es el final del proceso de paz tras una guerra civil que duró 20 años y dejó 2 millones de muertos.
Con una celebración popular que incluyó bailes tradicionales y festejos en plena calle, Sudán del Sur -un territorio de mayoría cristiana- se convirtió esta noche en el país más joven del mundo, al concretar su independencia de Sudán, dominado por la población musulmana. Con la independencia, concluye el proceso de paz tras una guerra civil que duró 20 años y dejó 2 millones de muertos.
Miles de personas siguieron en las calles de Juba, la capital del nuevo país, la cuenta regresiva para la medianoche. El repique de las campanas dio paso a los fuegos artificiales, en medio del júbilo de los asistentes. "¡Somos libres, somos libres. Adiós al norte, buen día felicidad!", gritó una ciudadana de Sudán del Sur, Mary Okach, en medio de la multitud. "Hemos luchado por mucho tiempo, este es nuestro gran día, no pueden imaginar lo que sentimos", expresó, por su parte, un estudiante universitario de 27 años, que viajó desde El Cairo para celebrar el nacimiento de su país.
Los festejos de la independencia contaron con la participación del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y alrededor de 30 líderes africanos. "El pueblo de Sudán del Sur realizó un sueño. La ONU y la comunidad internacional continuarán junto a ustedes", afirmó el titular de Naciones Unidas. Sudán, en tanto, había anunciado ayer el reconocimiento de la nueva República de Sudán del Sur.
El nuevo país es la culminación de un referendo realizado en enero, donde el 99% de la población respaldó la creación de un estado independiente. La consulta se efectuó en conformidad con un acuerdo de paz concertado en 2005 que puso fin al conflicto más reciente entre el norte y el sur. Al menos dos millones de personas murieron en la guerra civil más reciente de Sudán, librada de 1983 a 2005.
El norte de Sudán, musulmán y en gran parte árabe, y el territorio del sur, ahora independiente y que se define como africano y cristiano, mantienen amplias diferencias políticas y sociales desde hace siete décadas. Jartum -entre otros aspectos- buscaba instalar en el sur la ley islámica, rechazada de plano por buena parte de la población.
Entre 1920 y 1947. Gran Bretaña administró ambas regiones por separado. Londres limitó las migraciones entre el norte y sur, mientras favorecía el avance del cristianismo y los principios anglicanos para contrarrestar a los árabes-musulmanes del Norte.
A finales de 1955, antes de la proclamación de un Sudán unido e independiente, estalló la primera guerra civil Norte-Sur, que finalizó en 1972. Los habitantes de Sudán del Sur retomaron la lucha armada en 1983 y firmaron en 2005 un ambicioso acuerdo de paz, que garantizaba un referendo sobre su futuro, con aval de Naciones Unidas y buena parte de las naciones occidentales.
El proceso fue seguido con lupa por buena parte de la comunidad africana: se trató de la primera vez que un referendo puso en jaque las fronteras trazadas por las potencias coloniales, lo que puede ahora crear un precedente para otras regiones en conflicto.
"Vine aquí para presenciar este momento", dijo Chol Allen, quien fue ministro y escapó de Sudán en 2003. Allen, de 32 años, reside ahora en la ciudad estadounidense de Memphis. "Todos nosotros nacimos en la guerra. Todos", afirmó mientras señalaba un camión repleto de jóvenes. "Esta generación verá la esperanza de una nación recién nacida".
Fuente: Clarín digital 08.07.2011