Los países de América
Latina rearman sus marinas de guerra
Países como Brasil,
Argentina, Colombia, México, Perú y Uruguay tienen proyectos para reforzar sus
marinas de guerra.
Brasil, Argentina, Colombia,
México, Perú, Uruguay... Numerosos países de América Latina tienen actualmente proyectado
a mediano y corto plazo programas para sus marinas. Generalmente para ser fuerza
policial de los mares (narcotráfico, pesca ilegal...) y sobretodo proteger los
recursos petroleros y gasíferos. Brasil, Argentina y Uruguay por otra parte
desean reforzar la alianza Zopacas, que reagrupa a los tres países
sudamericanos y a 21 países africanos. Para enfrentar los apetitos de Estados
Unidos y Europa en el Atlántico Sur.
Algunos países ya lanzaron
programas al estilo de México, que eligió en noviembre de 2016 sin llamado a
licitación una fragata del tipo Sigma que le será provista por la empresa
holandesa Damen, siendo Thales quien proveerá el CMS (Combat management
systems).
En Brasil, tiene prioridad
el programa Tamandaré
Brasil lanzó el lunes pasado
el programa de cuatro corbetas Tamandaré (2.800 toneladas), una versión
mejorada de las Barroso puestas en servicio en 2009. La competencia está
abierta a todos los astilleros pero el diseño de los buques ya había sido
ganado por el astillero naval Fincantieri. El grupo naval francés DCNS evidentemente
mira este dossier evaluado en alrededor de 1.800 millones de dólares pero le
será difícil hundir al favorito italiano. Es el proyecto de envergadura más
caliente del momento en la región... Por otra parte, el megaprograma bautizado
Prosuper (seis fragatas, cinco patrulleras y un petrolero-reabastecedor) aún “está
vivo”, explican a La Tribune, pero pospuesto sin fecha de inicio. Como el
futuro portaaviones, que debe reemplazar al Sao Paulo (ex-Foch).
Al mismo tiempo, Brasil
continúa desarrollando el programa Prosub (submarinos Scorpène) a pesar de
todos sus problemas presupuestarios. Es verdad que con menos ímpetu que al
inicialmente previsto. El primer submarino debe ser botado con un año de
retraso, en julio de 2018. El ministro de Defensa Raul Jaugmann también reiteró
la importancia del programa de submarinos nucleares (PNM). Un proyecto que,
espera Brasil, daría más peso a su aspiración de volverse miembro permanente
del Consejo de Seguridad de la ONU. La fase de concepción está terminada, pero
la construcción comenzaría recién en 2021, para una botadura en el 2028, cinco
años más allá de las previsiones iniciales.
Colombia, un proyecto maduro
En Colombia, la mayoría de
los grandes astilleros internacionales escrutan las intenciones de la marina
colombiana. Al menos serían doce las que habrían manifestado su interés por
proveer cuatro fragatas de 3.000 a 4.000 toneladas entre 2023 y 2027 (con
opción a otras cuatro): la coreana DSME, una de Singapur, empresas chinas, una
turca, la holandesa Damen, la alemana ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS), la
española Navantia, la italiana Fincantieri, la británica BAE Systems, DCNS, hasta
Estados Unidos, cuya famosa fragata furtiva de última generación USS Zumwalt hizo
escala en el puerto de Cartagena en noviembre de 2016. Las primeras ofertas
fueron presentadas a fines de enero. En fin, eso avanza en Colombia.
No obstante, Bogotá no
debería invitar más que a cinco astilleros navales a competir en junio próximo
cuando la marina colombiana lance su licitación. Las ofertas atractivas de los
cinco candidatos deberán ser consignadas en agosto, ya que la elección del
ganador se espera para noviembre. En todo caso, Colombia deberá elegir antes de
que finalice el año, el 2018 será un año de elecciones (congresistas y
presidencial). Las fragatas serán fabricadas en Colombia por el astillero naval
Cotecmar en sociedad con el astillero naval seleccionado. Bogotá desea
inscribir esta adquisición en una sociedad estratégica y en una relación
bilateral de alto nivel con el país del astillero naval elegido.
DCNS juega su carta a
fondo y ya abrió una oficina comercial en 2016 en Colombia. Sobre todo porque
el grupo naval en sociedad con Thales modernizó con éxito las cuatro fragatas
de la clase Almirante Padilla de la marina colombiana. Un contrato que concluyó
en 2014 durante las pruebas de mar finales del cuarto buque. En el marco de
esta modernización, los equipamientos fueron instalados e integrados por Thales
y Cotecmar. Finalmente, el grupo naval francés también está interesado por la
transferencia de la actual base naval de Cartagena hacia un nuevo emplazamiento.
Ahí, teniendo en cuenta su experiencia, DCNS pueda aspirar a ser seleccionada.
Argentina y Uruguay desean
dotarse de OPV
Argentina, que desea
adquirir cuatro patrulleras del tipo OPV 90 (Offshore Patrol Vessel), consultó
a varios astilleros navales, entre ellos DCNS. El grupo naval en sociedad con
Piriou propuso cuatro OPV del tipo Gowind (1.500 toneladas). Dos de los cuatro
buques de guerra serían fabricados por el astillero naval argentino de
Tandanor, basado en el puerto de Buenos Aires. Un encargo de OPV del tipo
L'Adroit está valuado entre 350 y 400 millones de euros. La competencia será
ruda frente a los chinos y al astillero naval español Navantia. No obstante, la
Coface, en un momento reticente a garantizar esta operación, está a punto de
reabrir una oficina en Buenos Aires. La elección de Buenos Aires podría ser anunciada
de aquí a fin de año, pero el calendario aún parece fluctuante.
Uruguay también desea
adquirir las OPV. Después de planear vender L'Adroit a Uruguay en 2013, luego a
Egipto a comienzos de 2016, DCNS volvería a proponerla a Montevideo... Es la
nueva opción privilegiada por el grupo naval francés, que quiere seducir con un
buque operacional y barato a la marina uruguaya, bastante más cercana a la
marina alemana. De todos modos, Montevideo padece aún una crisis económica.
Perú, proyectos a más
largo plazo
Perú sigue siendo una
tierra de conquista para DCNS. El grupo naval apunta al largo plazo, al reemplazo
de los submarinos de fabricación alemana U-209 en los diez a quince años a
venir y en las fragatas italianas Lupo. "Es el comienzo de la historia",
explican a la Tribune. DCNS parte de lejos. Porque TKMS acaba de ganar la
modernización muy superficial de sus cuatro submarinos U-209 vendidos a Perú.
Fuente: La Tribune por
Michel Cabirol 13/04/2017
Les pays d'Amérique latine
réarment leur marine de guerre
Des pays comme le Brésil,
l'Argentine, la Colombie, le Mexique, le Pérou et l'Uruguay ont des projets
pour renforcer leur marine de guerre.
Brésil, Argentine, Colombie,
Mexique, Pérou, Uruguay... De très nombreux pays d'Amérique latine ont
actuellement en projet à plus ou moins brève échéance des programmes pour leur
marine. Le plus souvent pour faire la police des mers (narcotrafic, pêche
illicite...) et surtout protéger les ressources pétrolières et gazières. Le
Brésil, l'Argentine et l'Uruguay souhaitent d'ailleurs renforcer l'alliance
Zopacas, qui regroupe les trois pays sud-américains et 21 pays africains, pour
s'opposer aux appétits des Etats-Unis et de l'Europe dans l'Atlantique du Sud.
Certains pays ont déjà
lancé des programmes à l'image du Mexique, qui a choisi en novembre 2016 sans
appel d'offres une frégate de type Sigma qui lui sera fournie par le
néerlandais Damen ainsi que Thales pour le CMS (Combat management systems).
Au Brésil, priorité au
programme Tamandaré
Le Brésil a lancé lundi le
programme de quatre corvettes Tamandaré (2.800 tonnes), une version améliorée
des Barroso mis en service en 2009. La compétition est ouverte à tous les
chantiers mais le design des bâtiments avait été gagné par le chantier naval
Fincantieri. Le groupe naval tricolore DCNS regarde évidemment ce dossier
évalué à environ 1,8 milliard de dollars mais il lui sera difficile de couler
le favori italien. C'est le dossier d'envergure le plus chaud du moment dans la
région... Par ailleurs, le méga-projet programme baptisé Prosuper (six
frégates, cinq patrouilleurs et un pétrolier-ravitailleur) est "toujours
vivant", explique-t-on à La Tribune, mais il est remis aux calendes
grecques. Tout comme le futur porte-avions, qui doit remplacer le Sao Paulo
(ex-Foch).
Dans le même temps, le
Brésil continue de dérouler le programme Prosub (sous-marins Scorpène) en dépit
de tous ses problèmes budgétaires. Certes beaucoup moins vite qu'initialement
prévu. Le premier sous-marin doit être mis à l'eau avec un an de retard, en
juillet 2018. Le ministre de la Défense Raul Jaugmann a également réitéré toute
l'importance du programme de sous-marins nucléaires (PNM). Un projet qui,
espère le Brésil, donnerait un peu plus de poids à son dossier pour devenir
membre permanent au conseil de sécurité de l'ONU. La phase de conception est
terminée, mais la construction ne devrait commencer qu'en 2021, pour une mise à
l'eau courant 2028, cinq ans au-delà des prévisions initiales.
Colombie, un projet mature
En Colombie, la plupart
des grands chantiers navals internationaux scrutent les intentions de la marine
colombienne. Ils seraient au moins douze à avoir exprimé leur intérêt pour
fournir quatre frégates de 3.000 à 4.000 tonnes entre 2023 et 2027 (+ quatre en
option): le coréen DSME, un singapourien, des chinois, un turc, le néerlandais
Damen, l'allemand ThyssenKrupp Marine Systems (TKMS), l'espagnol Navantia,
l'italien Fincantieri, le britannique BAE Systems, DCNS, voire les Etats-Unis,
dont la fameuse frégate furtive de dernière génération l'USS Zumwalt a fait
escale à Carthagène en novembre 2016. Les premières offres ont été déposées fin
janvier. Bref, ça se bouscule en Colombie.
Toutefois, Bogota ne
devrait inviter que cinq chantiers navals à concourir en juin prochain quand la
marine colombienne lancera son appel d'offres. Les offres engageantes des cinq
candidats devraient être déposées en août, puis le choix du gagnant est attendu
en novembre. En tout cas, la Colombie devra choisir avant la fin de l'année,
2018 étant une année d'élections (congrès et présidentielle). Les frégates
seront fabriquées en Colombie par le chantier naval Cotecmar en partenariat
avec le chantier naval sélectionné. Bogota souhaite s'inscrire cette
acquisition dans un partenariat stratégique et une relation bilatérale de haut
niveau avec le pays du chantier naval choisi.
DCNS joue sa carte à fonds
et a déjà ouvert un bureau commercial en 2016 en Colombie. D'autant que le
groupe naval en partenariat avec Thales a modernisé avec succès les quatre
frégates de classe Almirante Padilla de la marine colombienne. Un contrat qui
s'est conclu en 2014 lors des essais d'acceptation à la mer du quatrième
navire. Dans le cadre de cette modernisation, les équipements ont été installés
et intégrés par Thales et Cotecmar. Enfin, le groupe naval tricolore est
également intéressé par le transfert de la base navale actuelle de Carthagène
vers un nouveau site. Là encore compte tenu de son expérience, DCNS peut
aspirer à être sélectionné.
L'Argentine et l'Uruguay
souhaitent se doter d'OPV
L'Argentine qui souhaite
acquérir quatre patrouilleurs de type OPV 90 (Offshore Patrol Vessel), a
consulté plusieurs chantiers naval, dont DCNS. Le groupe naval en partenariat
avec Piriou a proposé quatre OPV de type Gowind (1.500 tonnes). Deux des quatre
navires de guerre seraient fabriqués par le chantier naval argentin de
Tandanor, basé dans le port de Buenos Aires. Une commande d'OPV de type
L'Adroit est évaluée entre 350 et 400 millions d'euros. La compétition sera
rude face aux Chinois et au chantier naval espagnol Navantia. Toutefois, la
Coface un temps réticente à garantir cette opération, est sur le point de
rouvrir un bureau à Buenos Aires. Le choix de Buenos Aires pourrait être
annoncé d'ici à la fin de l'année mais le calendrier semble encore fluctuant.
L'Uruguay souhaite lui
aussi acquérir des OPV. Après avoir envisagé de vendre L'Adroit à l'Uruguay en
2013, puis à l'Égypte début 2016, DCNS le reproposerait à nouveau à
Montevideo... C'est la nouvelle option privilégiée par le groupe naval tricolore,
qui souhaite séduire avec un bâtiment opérationnel et pas cher la marine
uruguayenne plutôt proche de la marine allemande. Pour autant, Montevideo
souffre encore de la crise économique.
Le Pérou, des projets à
plus long terme
Le Pérou reste une terre de
conquête pour DCNS. Le groupe naval vise sur le long terme le remplacement des
sous-marins de fabrication allemande U-209 dans les dix à quinze ans à venir et
des frégates italiennes Lupo. "C'est le début de l'histoire",
explique-t-on à la Tribune. DCNS part de loin. Car TKMS vient de gagner la
modernisation très légère de ses quatre sous-marins U-209 vendus au Pérou.
La Tribune par Michel
Cabirol 13/04/2017