La CIA se enfrenta a Argelia sobre el AQMI.
La posición político-militar del régimen argelino frente a Al-Qaeda en el Magreb islámico (AQMI) inquieta a las potencias occidentales que situaron fuerzas en el Sahel. Un general francés a cargo del tema, bajo cubierta de anonimato, lo califica de "un gran agujero negro complicado"… En Washington, no están muy lejos de compartir este punto de vista. Y con causa. Desde hace varios meses, un gran enfrentamiento ocurre entre el mando de las fuerzas norteamericanas en África (Africom), bajo las órdenes del general Carter Ham, y el general Ahmed Gaïd Salah, jefe del estado mayor del ejército argelino. Lo que está en juego es la prohibición de sobrevolar territorio argelino, fronterizo a las zonas donde están refugiados los terroristas, por los drones de la Fuerza Aérea norteamericana y de la CIA...
Esta decisión sobrepasa la negativa del principio de una presencia militar occidental en la región. Para garantizar la seguridad del Sahel, los dirigentes argelinos fundan su estrategia únicamente en la coordinación de sus fuerzas con las de sus vecinos mauritanos, nigerianos y malíes. Lo que ya condujo a la creación de un centro de información común en Tamanrasset. La proliferación de las armas robadas de los arsenales de Kadhafi confirmó esta posición.
Es en este contexto que sobrevino, a fines de diciembre pasado, el nombramiento del general Athmane Tartag al frente de la Dirección de seguridad interior (DSI), que administra el asunto de los secuestros y tomas de rehenes en el Sahel. Al que sus colegas apodan "el bombardero", es en lo sucesivo el interlocutor ineludible de las autoridades francesas en los momentos decisivos. Se teme que los emires del AQMI utilicen estos secuestros para fortalecerse ante la elección presidencial de mayo del 2012.
Fuente: Intelligence Online 26 de enero de 2012
La CIA s'oppose à Alger sur AQMI.
La posture politico-militaire du régime algérien face à Al-Qaeda au Maghreb islamique (AQMI) inquiète les puissances occidentales qui ont positionné des forces au Sahel. Un officier général français en charge du dossier, sous couvert d’anonymat, la qualifie de "grand trou noir compliqué"… A Washington, on n’est pas loin de partager ce point de vue. Et pour cause. Depuis plusieurs mois, un bras de fer oppose le commandement des forces américaines en Afrique (Africom), placé sous les ordres du général Carter Ham, et le général Ahmed Gaïd Salah, chef d'état-major de l’armée algérienne. Enjeu: l’interdiction du survol du territoire algérien riverain des zones où sont réfugiés les terroristes par des drones de l’US Air Force et de la CIA...
Cette décision dépasse le refus de principe d’une présence militaire occidentale dans la région. Pour assurer la sécurité du Sahel, les dirigeants algériens fondent leur stratégie sur la seule coordination de leurs forces avec celles des voisins mauritanien, nigérien et malien. Ce qui a déjà conduit à la création d’un centre de renseignement commun à Tamanrasset. La prolifération des armes tirées des arsenaux de Kadhafi a conforté cette position.
C’est dans ce contexte qu’est survenue, fin décembre, la nomination du général Athmane Tartag à la tête de la Direction de la sécurité intérieure (DSI), qui gère le dossier des prises d’otages au Sahel. Celui que ses collègues surnomment "le bombardier" est donc désormais l'interlocuteur incontournable des autorités françaises à un moment décisif. Celles-ci redoutent que les émirs d’AQMI utilisent ces enlèvements pour peser sur la présidentielle de mai 2012.
Inlelligence Online edition française 26 janvier 2012