martes, 23 de mayo de 2017

Epílogo de una noche violenta en un estadio de Manchester luego de un concierto, hay 22 muertos y más de 50 heridos debido al accionar de un terrorista suicida


Manchester: el sexto atentado en el Reino Unido desde 2005

Desde 2005, los británicos ya habían debido afrontar cinco ataques terroristas de envergadura. El más mortífero sigue siendo la serie de explosiones en los transportes públicos londinenses en 2007.

La presunta acción terrorista que provocó 19 muertos [22 muertos] y alrededor de 50 heridos el lunes a la noche en una sala de conciertos de Manchester es la continuación de varios ataques en el Reino Unido, entre ellos el más grave provocó 56 muertos en 2005. El último ataque se remonta al 22 de marzo. Inmediatamente después, Scotland Yard había anunciado en marzo que los servicios de seguridad británicos habían “frustrado trece tentativas de atentado terrorista desde junio de 2013”.

22 de marzo de 2017: 5 muertos en el corazón de Londres
Hace dos meses exactamente, el 22 de marzo, un hombre se abalanzó sobre la multitud con su vehículo sobre el puente de Westminster, que atraviesa el Támesis frente al Big Ben. Entre los transeúntes atropellados había un grupo de alumnos de Concarneau en viaje escolar. Luego el coche se incrustó en la reja del recinto del parlamento británico. El conductor sale afuera de su vehículo, salta la reja dañada y se precipita sobre un policía desarmado, apuñalándolo mortalmente. Luego es abatido. El ataque provocó cinco muertos y numerosos heridos. El terrorista, Khalid Masood, era un ciudadano británico convertido al Islam. Nacido en Kent en 1964, era conocido por la policía por hechos de agresión y problemas de orden público recurrentes entre 1983 y 2003. Pero no formaba parte de la “lista de las 3000” personas susceptibles de cometer un atentado, siendo abatido por la policía. El atentado fue reivindicado por el grupo jihadista Estado Islámico (EI, o Daech) pero Scotland Yard declaró no haber “encontrado pruebas de una asociación” de Masood con el EI o Al-Qaeda.

5 de diciembre de 2015: un ataque con cuchillo en el metro
El 5 de diciembre, Muhaydin Mire, de 30 años, nacido en Somalia, hiere con un cuchillo a dos personas, una de ellas gravemente, en la entrada de la estación de metro de Leytonstone, en el este de Londres, en una línea que atraviesa la capital de este a oeste. “Es por Siria”, habría gritado. Ocurre dos días después de los primeros ataques aéreos británicos contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria. Imágenes del grupo EI y de los atentados de Paris son encontrados en su teléfono móvil. El herido más grave presenta un corte en la nuca de 12 centímetros de largo, si bien el ataque es calificado de terrorista por las autoridades. La familia del atacante afirma por su parte que él sufría de hace tiempo problemas mentales, por los cuales la policía había sido contactada tres semanas antes del ataque, algo que había confirmado Scotland Yard. Muhaydin Mire será condenado a prisión perpetua en agosto de 2016, con un mínimo irreducible de ocho años y medio.

22 de mayo de 2013: un soldado asesinado en Londres
Hace exactamente cuatro años, el 22 de mayo, dos londinenses de origen nigeriano atropellan con su auto a un soldado de civil, Lee Rigby, de 25 años, en el sudeste de Londres, antes de propinarle varios cuchillazos y machetazos, para luego intentar decapitarlo en plena calle. En un video filmado justo después de la agresión, uno de los asesinos declara haber querido vengar a los musulmanes muertos por soldados británicos. Luego se dirigen contra policías, armados de un viejo revólver descargado, para “caer como mártires”. En su proceso, Michael Adebolajo, de 29 años, se calificó como “soldado de Allah”. Fue condenado en febrero de 2014 a prisión perpetua. Su cómplice, Michael Adebowale, de 22 años, fue condenado a 45 años sin posibilidad de reducción de condena.

30 de junio de 2007: coche bomba en Glasgow
El 30 de junio, a las 1515, una 4x4 repleta de garrafas de gas se precipitó contra la principal terminal del aeropuerto de Glasgow (Escocia), muy frecuentada debido al comienzo de las vacaciones escolares. Conos de seguridad le impiden entrar y el Jeep Cherokee verde no explota. Un indio que manejaba el vehículo resulta gravemente quemado después de haberse rociado combustible. Muere un mes más tarde. El pasajero, un médico iraquí, es detenido. La víspera, dos Mercedes preparados, repletos de bidones de combustible, de garrafas de gas y de clavos habían sido descubiertos estacionados cerca de Piccadilly Circus, en el corazón del Londres turístico. Un problema de conexión en el dispositivo de detonación impidió que los dos coches explotaran, según los investigadores. Se establece un lazo entre los dos episodios.
Bilal Abdulla, de 29 años al momento de su proceso en diciembre de 2008, es presentado como un “extremista religioso y fanático”. Se describía como indignado por la intervención de Gran Bretaña en Irak. Será condenado a prisión perpetua.

7 de julio de 2005: explosiones en serie en los transportes londinenses
El 7 de julio, 56 personas encuentran su muerte y 700 resultan heridas en cuatro explosiones casi simultáneas en los transportes públicos de Londres. Cuatro kamikazes, que coordinan su ataque en hora pico, entre las 0850 y las 0945, se hacen explotar en tres ramas del metro y en un colectivo londinense.
Estos atentados suicidas ocurren el día después de la designación de Londres por el Comité Olímpico Internacional para los Juegos Olímpicos del verano de 2012 y el mismo día de la apertura de la 31º cumbre del G8 en Escocia. Un grupo reclamando ser de Al-Qaeda reivindica los ataques.
Quince días más tarde, cuatro atentados fallidos, de similar operatoria, son realizados de manera coordinada y casi simultánea en tres ramas del metro y en un colectivo. Las bombas artesanales no explotan en razón de un error de cálculo en la fabricación de los explosivos.
Según la justicia, las dos series de atentados están ligadas.
La ciudad de Manchester ya había conocido un atentado con bomba en 1996, durante la Eurocopa de futbol. Cometido por una rama disidente del IRA, con la ayuda de una bomba de una tonelada y media, el ataque provocó numerosos heridos pero ningún muerto.
 
Fuente: Le Parisien 23 de mayo de 2017



Manchester: le sixième attentat au Royaume-Uni depuis 2005

Depuis 2005, les Britanniques avaient déjà dû affronter cinq attaques terroristes d'ampleur. La plus meurtrière reste la série d'explosions dans les transports londoniens en 2007.

L'action terroriste présumée qui a fait 19 morts [22 morts] et environ 50 blessés lundi soir dans une salle de concerts de Manchester fait suite à plusieurs attaques au Royaume-Uni, dont la plus grave avait fait 56 morts en 2005. La dernière attaque remontait au 22 mars (lire ci-dessous). Dans la foulée, Scotland Yard avait annoncé en mars que les services de sécurité britanniques avaient «déjoué treize tentatives d'attentat terroriste depuis juin 2013».

22 mars 2017: 5 morts au cœur de Londres
Il y a deux mois jour pour jour, le 22 mars, un homme fonce dans la foule avec son véhicule sur le pont de Westminster, qui enjambe la Tamise face à Big Ben. Parmi les passants heurtés, un groupe d'élèves de Concarneau en voyage scolaire. Puis la voiture s'encastre dans la grille d'enceinte du Parlement britannique. Le conducteur bondit hors de son véhicule, saute par-dessus la barrière abîmée et se précipite sur un policier désarmé, le poignardant à mort. Il est abattu. L'attaque a fait cinq morts et de nombreux blessés. Le terroriste, Khalid Masood, est un citoyen britannique converti à l'islam. Né dans le Kent en 1964, il était connu de la police pour des faits d'agressions et de troubles à l'ordre public récurrents entre 1983 et 2003. Mais il ne faisait pas partie de la «liste des 3000» personnes susceptibles de de commettre un attentat, a été abattu par la police. L'attentat a été revendiqué par le groupe djihadiste Etat islamique (EI, ou Daech) mais Scotland Yard a déclaré ne pas avoir «trouvé de preuve d'une association» de Masood avec l'EI ou Al-Qaïda.

5 décembre 2015: une attaque au couteau dans le métro
Le 5 décembre, Muhaydin Mire, 30 ans, né en Somalie, blesse au couteau deux personnes, dont une grièvement, à l'entrée de la station de métro de Leytonstone, dans l'est de Londres, sur une ligne traversant la capitale d'est en ouest. «C'est pour la Syrie», aurait-il crié. Il agit deux jours après les premières frappes aériennes britanniques visant le groupe État islamique (EI) en Syrie. Des images du groupe EI et des attentats de Paris sont retrouvées dans son téléphone portable. Le blessé le plus grave présente une entaille à la nuque de 12 centimètres de long, si bien que l'attaque est qualifiée de terroriste par les autorités. La famille de l'assaillant affirme de son côté qu'il souffrait depuis longtemps de troubles mentaux, pour lesquels la police avait été contactée trois semaines avant l'attaque, ce qu'avait confirmé Scotland Yard. Muhaydin Mire sera condamné à la prison à vie en août 2016, avec un minimum incompressible de huit ans et demi.

22 mai 2013: un soldat tué à Londres
Il y a quatre ans jour pour jour, le 22 mai, deux Londoniens d'origine nigériane renversent en voiture un soldat en civil, Lee Rigby, 25 ans, dans le sud-est de Londres avant de le frapper de nombreux coups de couteau et de machette, puis de tenter de le décapiter en pleine rue. Sur une vidéo filmée juste après l'agression, l'un des meurtriers déclare avoir voulu venger les musulmans tués par des soldats britanniques. Ils s'étaient ensuite précipités sur des policiers, armés d'un très vieux revolver déchargé, pour «tomber en martyrs». A leur procès, Michael Adebolajo, 29 ans, s'était qualifié de «soldat d'Allah». Il a été condamnée en février 2014 à la prison à vie. Son complice, Michael Adebowale, 22 ans, a écopé, lui, de 45 années incompressibles d'emprisonnement.

30 juin 2007: voiture explosive à Glasgow
Le 30 juin, à 15h15, un 4x4 rempli de bouteilles de gaz est précipité contre le principal terminal de l'aéroport de Glasgow (Écosse), très fréquenté en ce début de vacances scolaires. Des plots de sécurité l'empêchent de rentrer et la Jeep Cherokee verte n'explose pas. Un Indien qui conduisait le véhicule est grièvement brûlé après s'être aspergé d'essence. Il décède un mois plus tard. Le passager, un médecin irakien, est arrêté. La veille, deux Mercedes piégées, remplies de bidons d'essence, de bouteilles de gaz et de clous avaient été découvertes garées près de Piccadilly Circus, au coeur du Londres touristique. Un problème de connexion dans le dispositif de détonation avait empêché les deux voitures d'exploser, selon les enquêteurs. Le lien est établi entre les deux affaires.
Bilal Abdulla, 29 ans au moment de son procès en décembre 2008, est présenté comme un «extrémiste religieux et fanatique». Il s'était dit révolté par l'intervention de la Grande-Bretagne en Irak. Il sera condamné à la prison à vie.

7 juillet 2005: explosions en série dans les transports londoniens
Le 7 juillet, 56 personnes trouvent la mort et 700 sont blessées dans quatre explosions quasi simultanées dans les transports en commun de Londres. Quatre kamikazes, qui coordonnent leur attaque à l'heure de pointe, entre 8h50 et 9h45, se font exploser dans trois rames de métro et un bus londonien.
Ces attentats-suicides étaient intervenus au lendemain de la désignation de Londres par le Comité international olympique pour les Jeux olympiques d'été de 2012 et le jour même de l'ouverture du 31e sommet du G8 en Écosse. Un groupe se réclamant d'Al-Qaïda revendique les attaques.
Quinze jours plus tard, quatre attentats manqués, au mode opératoire similaire, sont menés de manière coordonnée et quasi-simultanée dans trois rames de métro de Londres et dans un bus. Les bombes artisanales n'explosent pas en raison d'une erreur de calcul dans la fabrication des explosifs.
Selon la justice, les deux séries d'attentats sont liées.
La ville de Manchester avait déjà connu un attentat à la bombe en 1996, pendant l'Euro de football. Commise par une branche dissidente de l'IRA, à l'aide d'une bombe d'une tonne et demie, l'attaque avait fait de nombreux blessés mais pas de mort.

Le Parisien 23 mai 2017