martes, 22 de febrero de 2011

Se agrava la situación en Libia. Khadafi se rehúsa a abandonar el poder.

Un Khadafi desafiante promete morir como un mártir.

Muamar Gadafi prometió el martes morir en Libia como un mártir en un exaltado discurso por televisión después de que soldados rebeldes dijeran que una región del este del país ya no estaba bajo su control.
"No voy a dejar esta tierra, moriré aquí como un mártir", dijo Gadafi en el canal estatal, negándose a ceder a las demandas de sus propios diplomáticos, soldados y manifestantes, que claman en las calles que ponga fin a su Gobierno de cuatro décadas.
"Me voy a mantener aquí desafiante", agregó.
Antes, varios testigos que huían hacia Egipto a través de la frontera indicaron que Gadafi está utilizando tanques, aviones de guerra y mercenarios para combatir las crecientes manifestaciones en su contra.
En la ciudad oriental de Tobruk pudieron escucharse explosiones esporádicas, según indicaron residentes a un corresponsal de Reuters, en la última señal de que el poder de Gadafi sobre la nación productora de gas y crudo se estaba debilitando.
"Todas las regiones orientales están fuera del control de Gadafi ahora (...) La gente y el Ejército están juntos aquí", señaló el mayor retirado de la armada Hany Saad Marjaa.
La Casa Blanca ofreció sus condolencias por la "atroz violencia" en Libia y dijo que la comunidad internacional tiene que hablar con una sola voz sobre la crisis.
La agencia de refugiados de las Naciones Unidas instó a los vecinos de Libia a no dar la espalda a quienes huyen de la violencia, que fue impulsada por las décadas de represión y las revueltas populares que derrocaron a los líderes de Túnez y Egipto.
En el lado libio de la frontera con Egipto, rebeldes antiGadafi, armados con palos y rifles Kalashnikov, daban la bienvenida a los visitantes.
Cientos de refugiados se dirigían a Egipto en tractores y camiones, describiendo una ola de matanzas y pillajes desatados por la revuelta.
En la ciudad de Al Bayda, el residente Marai Al Mahry dijo por teléfono a Reuters que 26 personas, incluido su hermano Ahmed, murieron a tiros durante la noche a manos de seguidores de Gadafi.
"Te disparan sólo por caminar por la calle", dijo, llorando inconsolablemente mientras pedía ayuda.
Los manifestantes eran atacados con tanques y aviones de guerra, declaró.
"Lo único que podemos hacer ahora es no rendirnos, no entregarnos, no retroceder. Moriremos de cualquier forma, nos guste o no. Está claro que no les interesa si vivimos o no. Esto es genocidio", dijo Mahry, de 42 años.
Human Rights Watch dice que al menos 233 personas han muerto y los grupos de oposición estiman cifras mucho mayores, pero es imposible tener una verificación independiente.
La revuelta en Libia, miembro de la OPEP, ha elevado drásticamente los precios del petróleo hasta máximos de dos años y medio, con el barril por encima de los 108 dólares. La OPEP dijo que producirá más crudo si los suministros de Libia quedan interrumpidos.
Los refugiados que huían hacia Egipto narraron una ola de violencia y crimen.
"Cinco personas murieron en la calle donde vivo", contó a Reuters Mohamed Jalaly, de 40 años, en Salum cuando se dirigía a El Cairo desde Bengasi. "Sales de Bengasi y no tienes (...) más que bandas y jóvenes con armas", añadió, señalando que el camino desde Bengasi es extremadamente peligroso.
Los guardias libios se retiraron de su lado de la frontera y los nuevos gobernantes militares de Egipto - que asumieron el poder tras la caída de Hosni Mubarak el 11 de febrero - dijeron que el paso principal se mantendrá abierto las 24 horas para permitir el ingreso de enfermos y heridos.
Fuerzas de seguridad reprimieron ferozmente las protestas en todo el país, y los enfrentamientos se extendieron a la capital, Trípoli, tras surgir en el este petrolero del país la semana pasada.
Con las luchas intensificándose en todo el país, algunos partidarios de Gadafi comenzaron a abandonarle.
El embajador del país en India, Ali al Esaui, renunció a causa de la represión y dijo a Reuters que mercenarios africanos fueron reclutados para ayudar a sofocar las manifestaciones.
"La caída de Gadafi es el imperativo del pueblo en las calles", declaró.

Desafío y condena.

El domingo, el hijo de Gadafi, Saif, prometió que su padre lucharía "hasta el último hombre" y el martes el líder libio apareció en televisión tras días de aislamiento para negar las informaciones de que había huido a Venezuela, país gobernando por su amigo, el presidente socialista Hugo Chávez.
"Quiero mostrar que estoy en Trípoli y no en Venezuela. No crean a los canales que pertenecen a perros descarriados", señaló Gadafi, quien ha gobernado Libia con una mezcla de populismo y fuerte control desde que asumió el poder en un golpe militar de Estado en 1969.
Las potencias mundiales condenaron el uso de la fuerza contra los manifestantes, con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, acusando a Libia de disparar a civiles desde aviones militares y helicópteros. El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió a puerta cerrada para abordar el tema.
Washington y Europa exigieron poner fin a la violencia y el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, declaró que "una familia gobernante, amenazando a su pueblo con la guerra civil, ha traspasado los límites".
Las manifestaciones se extendieron hacia Trípoli desde la segunda mayor ciudad del país, Bengasi, cuna de la revuelta que absorbió a un número de ciudades y que los residentes dicen está en manos de los manifestantes.
Algunos residentes indicaron que había compradores ansiosos haciendo fila fuera de las tiendas para abastecerse de comida y bebidas. Parte del comercio estaba cerrado.


Fuente: Reuters 22 de febrero de 2011