Al menos 35 personas murieron y unas 150 resultaron heridas el lunes en un atentado suicida en el aeropuerto más grande de Rusia, en un atentado que lleva la marca de los extremistas que luchan por la creación de un estado islámico independiente en la región del Cáucaso del Norte.
El presidente ruso, Dimitry Medvedev, prometió perseguir y castigar a quienes estén detrás del ataque, que incluyó a ciudadanos extranjeros entre los heridos, durante una ajetreada tarde en el aeropuerto Domodedovo de Moscú. El denso humo llenó el vestíbulo de llegadas de la terminal, y podía verse fuego en una de las paredes.
"La explosión ocurrió cerca de mí, no me hirió pero sentí la onda expansiva, la gente se caía", dijo Yekaterina Alesandrova, una traductora que esperaba en la zona de llegadas a un cliente que volaba desde el extranjero.
"Comenzó a salir humo, había mucho humo", dijo por teléfono. "Muchos de los heridos salieron fuera por su propio pie en estado de shock. Después empezaron a anunciar información sobre por dónde salir".
Podían verse gotas de sangre esparcidas por la pista cubierta de nieve, frente a la terminal de llegadas, donde según la agencia Interfax, se apreciaban restos de la metralla.
"Oí una fuerte explosión (...), pensamos que alguien había dejado caer algo. Pero luego vi que estaban sacando víctimas afuera", dijo a Reuters una asistente de facturación de pasajeros que dijo llamarse Elena en el aeropuerto Domodedovo, situado a unos 22 kilómetros al sureste de Moscú.
Medvedev, que ha definido la insurgencia en el Cáucaso del Norte como la mayor amenaza para la seguridad rusa, retrasó su salida para el Foro Económico Mundial después del atentado, dijo el lunes el Kremlin. El presidente tenía previsto viajar a Suiza el martes para pronunciar el discurso de apertura en el foro anual.
Los rebeldes han prometido aumentar su violenta campaña en el corazón de Rusia en 2011, atacando blancos importantes para la economía y el transporte. También han amenazado los Juegos de Invierno de 2014, que está previsto celebrar en Sochi, región que ellos reclaman como parte de su "emirato".
"La seguridad se reforzará en los principales centros de transporte", escribió Medvedev en la red de microblogs Twitter. "Lamentamos las víctimas del ataque terrorista en el aeropuerto Domodedovo. Los responsables serán perseguidos y castigados", agregó.
Ningún grupo se ha adjudicado hasta ahora la responsabilidad por el ataque, pero decenas de internautas, escribiendo en ruso, condenaron el ataque suicida en la página islamista no oficial kavkazcenter.com.
Se expande la insurrección.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó el ataque, definiéndolo como un "atroz acto de terrorismo contra el pueblo ruso", según un comunicado leído por el portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs, que dijo que su país está listo para ofrecer cualquier tipo de asistencia que Moscú requiera.
Varios usuarios de Twitter publicaron imágenes tomadas con teléfonos móviles en las que se veían decenas de personas tiradas en el suelo mientras una columna de humo salía de la zona de equipaje de la terminal, con una pared en llamas.
Un vídeo grabado inmediatamente después de la explosión mostraba personal del aeropuerto llevando linternas para entrar en la caótica escena. Vídeos posteriores mostraban a equipos de rescate sacando heridos en camillas.
El primer ministro, Vladimir Putin, que comparte el poder en un "tándem" con el menos influyente Medvedev, puso en juego su reputación política al intentar combatir a los rebeldes en el Cáucaso, de mayoría musulmana.
Putin lanzó una guerra a fines de 1999 en Chechenia para derribar al Gobierno secesionista. La campaña logró su objetivo inmediato y le ayudó a ganar la presidencia meses después. Pero desde entonces, la insurgencia se ha expandido a las áreas vecinas de Ingushetia y Daguestán.
"La explosión en Domodedevo consolidará la visión entre la élite rusa de que Putin está perdiendo el control de la seguridad en la capital, lo que favorece a sus enemigos", dijo Glen Howard, presidente del instituto de investigación estadounidense Jamestown Foundation.
Varios analistas creen que los rebeldes planean intensificar su campaña violenta mientras el país se prepara para las elecciones presidenciales de 2012.
La seguridad ha sido reforzada en otros dos aeropuertos de Moscú, que recibirán a los pasajeros desviados que volaban hacia Domodedovo, informaron medios locales.
Moscú sufrió su peor atentado en seis años en marzo de 2010, cuando dos mujeres de la volátil región de Daguestán se suicidaron en el metro detonando los explosivos que llevaban encima, y provocando la muerte de 40 personas.
Fuente: Reuters 24 de enero de 2011.