jueves, 19 de enero de 2012

Benin y Camerún refuerzan las fronteras con Nigeria frente al avance del grupo Boko Haram.

La secta Boko Haram bajo máxima vigilancia.

Comparable a los Shebab somalíes, el grupo fundamentalista Boko Haram pone a los países vecinos de Nigeria en estado de alerta máxima.

El 7 de enero, el presidente Thomás Boni Yayi convocó sus tecnócratas en seguridad al palacio de la Marina. El encuentro pretendía crear un comando de crisis para seguir la evolución de la situación en Nigeria. A menudo calificado de "37º estado de la Federación" debido a la influencia del gigante angloparlante, Benin teme la instalación sobre su suelo de una célula de Boko Haram ("La educación occidental es un crimen", en idioma hausa). La reunión juntó al jefe de estado mayor del presidente de Benin, el general Robert Gbian, y el consejero de seguridad de Boni Yayi, el general Félix Hessou. Han sido reunidos por el general de las fuerzas armadas de Benin, Mathieu Boni. El encuentro desembocó en el discreto envío de un batallón expedicionario a lo largo de la frontera, dirigido por el teniente coronel de gendarmería Emile Elomon. Sus hombres se instalaron en Kassa, aldea fronteriza con Nigeria cercana a Parakou (norte). Unidades basadas en los cuarteles de Bembérékê y Parakou están dispuestas para intervenir si es necesario.
La escalada de violencia en Maiduguri, capital del estado nigeriano de Borno, arrastra también tensiones con Yaoundé. Abuja señala la desorganización total de los servicios de inteligencia de Camerún para justificar su decisión de cerrar unilateralmente, el 3 de enero, su frontera con el Norte de Camerún. Esta región está sospechada de ofrecer un terreno propicio para la formación de fundamentalistas islámicos. En reacción, Camerún tardíamente envió a 600 militares del lado de Mora, desplegando un dispositivo de vigilancia sobre las mezquitas.

Fuente: La Lettre du Continent 19.01.2012



La secte Boko Haram sous haute surveillance.

Comparable aux Shebab somaliens, le groupe fondamentaliste Boko Haram met les pays voisins du Nigeria en état d’alerte maximale.

Le 7 janvier, le président Thomas Boni Yayi a convoqué ses sécurocrates au palais de la Marina. La rencontre visait à créer un commandement de crise pour suivre l’évolution de la situation au Nigeria. Souvent qualifié de "37e Etat de la fédération" en raison de l’influence du géant anglophone, le Bénin craint l’installation sur son sol d’une antenne de Boko Haram ("L’éducation occidentale est un pêché", en haoussa). La réunion a rassemblé le chef d’état-major du président béninois, le général Robert Gbian, et le conseiller à la sécurité de Boni Yayi, le général Félix Hessou. Ils ont été rejoints par le général des forces armées du Bénin, Mathieu Boni. La rencontre a débouché sur le discret envoi d’un bataillon expéditionnaire le long de la frontière, dirigé par le lieutenant-colonel de gendarmerie Emile Elomon. Ses hommes se sont installés à Kassa, petit village frontalier du Nigeria proche de Parakou (Nord). Des unités basées dans les camps de Bembérékê et Parakou sont prêtes à intervenir si nécessaire.
L’escalade de la violence à Maiduguri, capitale du Borno, entraîne aussi des tensions avec Yaoundé. Abuja évoque la totale inorganisation des services secrets camerounais pour justifier sa décision de fermer unilatéralement, le 3 janvier, sa frontière avec le Nord Cameroun. Cette région est suspectée d’offrir un terrain propice à la formation d'islamistes fondamentalistes. En réaction, le Cameroun a tardivement envoyé 600 militaires du côté de Mora, tout en déployant un dispositif de surveillance des mosquées.

La Lettre du Continent 19/01/2012