lunes, 1 de agosto de 2011

Luego de un domingo sangriento en Hama, comienza el mes sagrado musulmán y Siria se sumerge en más violencia.

Sangriento inicio del Ramadán en Siria tras la incursión en Hama.

Siria inició el lunes el mes sagrado de Ramadán en una atmósfera sombría tras la incursión del Ejército en Hama, escenario de una masacre en 1982, en una de las jornadas más sangrientas en los cinco meses de la revuelta contra el presidente Bashar el Asad.
Grupos de defensa de derechos humanos han señalado que 80 civiles murieron el domingo en el ataque militar con tanques sobre la ciudad del centro de Siria, donde el padre de Assad aplastó una rebelión islámica hace 29 años y mató a miles de personas.
Los tanques bombardearon el lunes el distrito noreste de Hama y causaron la muerte de al menos cuatro civiles más, afirmaron dos residentes.
La canciller alemana, Angela Merkel, se sumó a la indignación de la comunidad internacional por la violencia.
"La canciller Merkel condena en los términos más fuertes la acción del Gobierno sirio contra su propia población civil", dijo el portavoz del Gobierno alemán Christoph Steegmans.
"(Ella) insta explícitamente al presidente Asad a detener de inmediato los actos de violencia en contra de su propio pueblo", sostuvo.
Las fuerzas de seguridad, dominadas por la minoría alauí a la que pertenece Asad, sitiaron la ciudad musulmana suní de 700.000 habitantes durante casi un mes antes de iniciar el operativo del domingo en la víspera del inicio de Ramadán, un mes sagrado en el que los creyentes ayunan durante el día.
Muchos musulmanes acuden a orar a las mezquitas de noche, ocasiones que los manifestantes podrían usar para sus protestas cada vez más frecuentes.
En una carta al Ejército, Asad reiteró que Siria se enfrenta a una conspiración extranjera para desatar una lucha sectaria y "dividir al país en pequeños pedazos que compitan para satisfacer a aquellos que trabajaron para separarles".
"Toda la gente honorable de Siria está segura de que saldremos más fuertes de la crisis", sentenció Asad.

"Limpieza sectaria"

La masacre de 1982 en Hama generó tanto temor que pocos sirios han estado dispuestos a desafiar abiertamente el liderazgo de la familia de Asad hasta este año, cuando muchos se vieron inspirados por las revueltas mayormente pacíficas que derrocaron a los gobernantes de Egipto y Túnez.
Los Hermanos Musulmanes, una organización islámica de influencia política, han acusado a la elite alauí de fomentar las luchas sectarias contra suníes al atacar Hama.
"Siria está siendo testigo de una limpieza sectaria. El régimen ha ligado su aniquilación abierta con la llegada del Ramadán. Es una guerra contra la identidad y creencias de la nación siria (...) contra la Siria árabe musulmana", señaló el grupo en un comunicado.
Las autoridades sirias culpan a "grupos armados terroristas" de la mayoría de las muertes durante la revuelta, diciendo que más de 500 efectivos han perdido la vida.
La agencia estatal siria dijo que el Ejército entró en Hama para expulsar a grupos armados que estaban aterrorizando a los ciudadanos, una versión calificada como una "estupidez" por un diplomático estadounidense en Damasco.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo estar conmocionado por la "horrenda" violencia del Gobierno sirio contra los ciudadanos en Hama y prometió trabajar con otros países para aislar a Asad.
Varias naciones europeas también condenaron el asalto. Italia y Alemania pidieron una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero Reino Unido descartó una intervención militar extranjera.
Se espera que el consejo se reúna a puerta cerrada el lunes, dijo un portavoz de la misión alemana en la ONU.

Fuente: Reuters 01 de agosto de 2011