sábado, 23 de octubre de 2010

Los reportes liberados por Wikileaks relatan principalmente casos de violencia durante las operaciones de control.

Crónicas de la violencia cotidiana en Iraq.

Por la misma naturaleza de los informes SIGACTS [Significant activity, informes de incidentes de los soldados sobre el terreno], los documentos publicados por Wikileaks liberados el viernes 22 de octubre, y a los cuales Le Monde tuvo acceso, no contienen informaciones sobre posibles excesos infligidos a gran escala por el ejército norteamericano pero relatan numerosos casos de violencia y crueldad durante la detención de sospechosos.

"El 1 de febrero de 2007, en el campo de Rawah, el teniente coronel X se abalanzó sobre el detenido XXX [puesto como anónimo por la redacción, NDT] evitando a los guardias y lo golpeó en la cara. La nariz del detenido parece fracturada. Al estar implicadas las fuerzas de la coalición, una investigación más profunda fue necesaria y está en curso. […] el detenido explica que ha sido golpeado mientras dormía. […] Si en ese momento se pudo considerar la acción del soldado como justificada (su mejor amigo ha sido asesinado unos días antes, a priori por este detenido), tomamos este incidente muy en serio y estamos dispuestos a investigarlo a nivel del batallón. El conjunto de la formación Lima recibirá una nueva formación sobre las reglas".
Los "reportes de incidentes" publicados por Wikileaks contienen sólo una cuarentena de casos de excesos o crueldad graves, cometidos por tropas norteamericanas contra presos iraquíes. Esta cifra es muy laxa. Pero estos cuarenta casos no constituyen el conjunto de los casos de brutalidad en contra de los presos entre 2004 y 2009: a partir de mediados del 2007, un cambio en los procedimientos ha redirigido estas informaciones por otro canal. Las acusaciones de malos tratos no son objeto más que de unas pocas líneas en los "reportes de incidentes".

Sobre todo, los "reportes de incidentes" consignan sólo los casos comprobados o sospechosos cometidos por los soldados sobre el terreno. Los ficheros no contienen particularmente ninguna referencia a los numerosos actos de crueldad cometidos en la prisión de Abu Ghraib, cuya revelación, en 2004, provocaron un escándalo internacional. Varios reportes mencionan no obstante prácticas que recuerdan el escándalo que había provocado el cierre de la principal prisión administrada por el ejército norteamericano, como la toma de fotos de los detenidos:

"Hacia las 18 horas del 25 de diciembre de 2005, varios marines de la compañía Lima, del tercer batallón del 7mo regimiento de Marines, fueron observados mientras tomaban fotos a un detenido sólo por placer, justo detrás de la zona de detención temporal en el punto Hurricane. Según los primeros informes, dos marines se apoyaban cerca de un preso mientras que el tercero tomaba las fotos. Estas acciones sucedieron delante de muchos otros marines. […] Este acontecimiento me fue informado inmediatamente por dos testigos. El capitán Lewis estuvo encargado de la investigación".

Contrariamente a los casos de malos tratos que implican únicamente a policías iraquíes, las acusaciones contra las fuerzas de la coalición deben sistemáticamente ser objeto de una investigación interna. Las conclusiones de estas investigaciones no figuran en los ficheros SIGACT publicados por Wikileaks. En unos casos, los soldados norteamericanos son acusados de haber participado en actos de violencia, conjuntamente con iraquíes, durante las detenciones.

"A las 22 horas del 28 de agosto de 2005, los detenidos K1101, K1102 y K1103 estaban en su casa de Haswa cuando la policía iraquí los detuvo y los entregó a los norteamericanos. Los tres detenidos afirmaron por separado que habían recibido descargas eléctricas en diferentes partes del cuerpo. El detenido K1102 señala que un policía iraquí le ha colocado un cuchillo bajo la garganta, le tiene apoyada una pistola sobre la sien y amartillada. También afirma que los soldados norteamericanos le han dado golpes de puño y cachetadas, le rociaron orina y le infligieron descargas eléctricas. Hay más detalles en la exposición del detenido. Estas acusaciones han sido informadas al sargento XXX después del interrogatorio al detenido K1102".

Las referencias a agresiones físicas cometidas durante interrogatorios por soldados norteamericanos no son muy numerosas; en realidad están omnipresentes en los reportes que acusan a la policía iraquí. La gran mayoría de las acciones violentas de las que son acusados los soldados norteamericanos se producen durante la detención de sospechosos:

"El sospechoso tiene 28 años y vive en el distrito Al Nazal de Falujah. Ha sido detenido por marines el 29 de noviembre, hacia las 16 horas. Los marines efectuaban un registro en la calle y las casas. Cuando los marines llegaron cerca de su casa, el sospechoso hizo salir a su familia y acompañó a los soldados durante el registro. Los marines lo registraron y le encontraron 6.900 dólares. El sospechoso explica que este dinero le había sido dado por los norteamericanos en compensación de sus posesiones destruidas. El dinero, los CDs y un teléfono móvil fueron confiscados. El sospechoso afirma que cuando pidió que se le devolviera su dinero y un intérprete, fue golpeado, echado a tierra y que los soldados apoyaron una pistola contra su cabeza. También afirma que mientras estaba en tierra, recibió patadas en la nuca, en la espalda y en la cara. También mencionó que el teléfono era para su madre que está enferma. Él afirma que las fotos que tiene en el teléfono fueron hurtadas. Dice que cuatro carnets de identidad, y su carta de residente de Falujah, también le han sido confiscados. Cuando se repuso reclamó su dinero y afirma haber sido golpeado en la espalda. Le preguntaron también si tenía alcohol. También si conocía a terroristas y respondió que no, que quería matarlos porque habían matado a su hermano, quien trabajaba en la guardia nacional iraquí. Finalmente fue detenido, esposado, le vendaron los ojos y lo subieron a un camión".

Si los soldados norteamericanos aplicasen las consignas habría que volver a montar las acusaciones de brutalidades de las que son víctimas los civiles y los sospechosos, una cantidad importante y desconocida: el número de brutalidades que no fueron objeto de una investigación o sencillamente fueron camufladas. El reporte sobre la matanza de Mahmoudiyah, durante la cual soldados de la 101a división aerotransportada asesinaron a un padre de familia, su mujer y su hija de 6 años, antes de violar y matar a su hija de 14 años, se limita a mencionar el descubrimiento de los cuerpos de cuatro civiles "asesinados por insurgentes".

Fuente: Le Monde 23.10.2010


Chroniques de la violence ordinaire en Irak.

De par la nature même des rapports SIGACTS [Significant activity, les rapports d'incidents des soldats sur le terrain], les documents publiés par Wikileaks publiés vendredi 22 octobre, et auxquels Le Monde a eu accès, ne contiennent pas d'informations sur de possibles sévices infligés à grande échelle par l'armée américaine. Mais ils relatent de nombreux cas de violences lors de l'arrestation de suspects.

"Le 1er février 2007, au camp de Rawah, le lieutenant-colonel X s'est précipité sur le détenu XXX [anonymisé par la rédaction, NDLR] en évitant les gardes et l'a frappé au visage. Le nez du détenu semble cassé. Les forces de la coalition étant impliquées, une enquête plus poussée a été nécessaire, elle est en cours. [...] Le détenu explique qu'il a été frappé pendant son sommeil. [...] Si sur le moment le soldat a pu considérer son action comme justifiée (son meilleur ami a été tué quelques jours auparavant, a priori par ce prisonnier), nous prenons cet incident très au sérieux et nous sommes prêts à le régler au niveau du bataillon. L'ensemble de la formation Lima recevra une nouvelle formation aux règles."
Les "rapports d'incidents" publiés par Wikileaks ne contiennent qu'une quarantaine de cas de sévices graves, commis par des troupes américaines contre des prisonniers irakiens. Ce chiffre est très faible. Mais ces quarante cas ne constituent pas l'ensemble des cas de brutalités à l'encontre des prisonniers entre 2004 et 2009: à partir de mi-2007, un changement dans les procédures fait transiter ces informations par un autre canal. Les accusations de mauvais traitements ne font plus alors l'objet que d'un signalement d'une ligne dans les "rapports d'incidents".

Surtout, les "rapports d'incidents" ne consignent que les cas constatés ou suspectés par les soldats sur le terrain. Les fichiers ne contiennent notamment aucune référence aux nombreux sévices commis dans la prison d'Abu Ghraib, dont la révélation, en 2004, avait provoqué un scandale international. Plusieurs rapports mentionnent toutefois des pratiques qui rappellent le scandale qui avait provoqué la fermeture de la principale prison gérée par l'armée américaine, comme la prise de photos de détenus :

"Vers 18 h le 25 décembre 2005, plusieurs Marines de la compagnie Lima, troisième bataillon du 7e régiment de Marines, ont été observés pendant qu'ils prenaient des photos d'un détenu, pour leur plaisir, juste derrière la zone de rétention temporaire au point Hurricane. D'après les premiers rapports, deux Marines posaient près d'un prisonnier pendant qu'un troisième prenait les photos. Ces actions ont pris place devant plusieurs autres Marines. [...] Cet évènement m'a été rapporté immédiatement par deux témoins. Le capitaine Lewis a été chargé de l'enquête."

Contrairement aux cas de mauvais traitements impliquant uniquement des policiers irakiens, les accusations contre les forces de la coalition doivent systématiquement faire l'objet d'une enquête interne. Les conclusions de ces enquêtes ne figurent pas dans les fichiers SIGACT publiés par Wikileaks. Dans quelques cas, les soldats américains sont accusés d'avoir participé à des violences, conjointement avec des Irakiens, lors d'arrestations.

"A 22 h le 28 août 2005, les détenus K1101, K1102 et K1103 étaient dans leur maison de Haswa quand la police irakienne les a arrêtés et les a livrés aux Américains. Les trois détenus ont affirmé séparément qu'ils avaient reçu des chocs électriques sur différentes parties du corps. Le détenu K1102 signale qu'un policier irakien lui a (1) placé un couteau sous la gorge, lui a (2) mis un pistolet sur la tempe et pressé la détente. Il affirme également que les soldats américains l'ont (1) frappé à coups de poing et de crosse, (2) l'ont aspergé d'urine et (3) lui ont infligé des décharges électriques. Plus de détails dans la déposition du détenu. Ces accusations ont été rapportées au sergent XXX après l'interrogatoire du détenu K1102."

Les références à des agressions physiques commises lors d'interrogatoires par des soldats américains sont très peu nombreuses; elles sont en revanche omniprésentes dans les rapports accusant la police irakienne. La vaste majorité des violences dont sont accusés les soldats américains ont lieu au moment de l'arrestation de suspects:

"Le suspect a 28 ans et vit dans le district Al Nazal de Fallouja. Il a été arrêté par les Marines le 29 novembre, vers 16 h, chez lui. Les Marines effectuaient une fouille dans la rue et les maisons. Quand les Marines sont arrivés à proximité de chez lui, le suspect a fait sortir sa famille et a accompagné les Marines lors de la fouille. les Marines l'ont fouillé et ont trouvé sur lui 6 900 dollars. Le suspect explique que cet argent lui avait été donné par les Américains en compensation de possessions détruites. L'argent, des CD et un téléphone mobile ont été confisqués. Le suspect affirme que lorsqu'il a demandé qu'on lui rende son argent et un interprète, il a été frappé, jeté à terre et que les soldats ont braqué un pistolet sur sa tête. Il affirme également que pendant qu'il était à terre, il a reçu des coups de pied à la nuque, dans le bas du dos et au visage. Il a également mentionné que le téléphone était pour sa mère, qui est malade. Il affirme que des photos de lui tenant le téléphone ont été prises. Il dit que quatre cartes d'identité, dont sa carte de résident de Fallouja, lui ont aussi été confisquées. Lorsqu'il s'est relevé il a réclamé son argent et affirme avoir été frappé au bas du dos. On lui a demandé s'il avait de l'alcool. On lui a également demandé s'il connaissait des terroristes et il a répondu que non, qu'il voulait les tuer parce qu'ils avaient tué son frère, et qu'il travaillait pour la garde nationale irakienne. Il a été arrêté, menotté, on lui a bandé les yeux et il a été embarqué dans un camion."

Si les soldats américains appliquent semble-t-il les consignes de faire remonter les accusations de brutalités dont sont victimes les civils et les suspects, une importante inconnue demeure: le nombre de brutalités qui n'ont tout simplement pas fait l'objet d'un signalement ou ont été camouflées. Le rapport sur le massacre de Mahmoudiyah, durant lequel des soldats de la 101e division aéroportée ont assassiné un père de famille, sa femme et sa fille de 6 ans, avant de violer et de tuer sa fille de 14 ans, se borne à mentionner la découverte des corps de quatre civils "tués par des insurgés".

Le Monde 23.10.2010